Enviar carátula de Un asunto real
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Para empezar, y tomese esto como sintoma de lo que seguira, una de las cosas que mas me ha llamado la atencion de esta pelicula ha sido la falta de higiene capilar de su protagonista, el actor Mads Mikkelsen. Creo que la ultima vez que se lavo la cabeza seria probablemente durante el rodaje de su anterior pelicula Move on o a lo peor la cosa incluso podria remontarse hasta su papel de Rochefort en una version de "Los tres mosqueteros" que rodo el año 2011. Ya se que interpreta a un simple medico, es decir, a un plebeyo, y que estos no solian seguir los dictados de la moda cortesana, pero me resulta chocante que tengamos que pensar en que esta suciedad del pelo se haya buscado intencionadamente como elemento distintivo entre clases sociales.
En segundo lugar, yo castigaria severamente con el desempeño de un duro trabajo social a aquellos directores que sin una justificacion muy evidente sobrepasaran los clasicos 90 minutos en el metraje de sus peliculas. "Un asunto real" alcanza los 137. Y, desde mi punto de vista, nada en la pelicula autoriza semejante desmesura.
"Un asunto real" trata de mostrarnos los avatares del transito de la Dinamarca feudal a la Dinamarca Ilustrada. La revolucion del 89 esta proxima y Europa hierve en ideas prohibidas. El tema no es baladi. La lastima es que todo se queda en pura ilustracion, y aceptese buenamente el juego de palabras. Sobre una novela de Bodil Steensen-Leth se ha creado un guion que lamentablemente carece de alma. Lleva a pensar en aquellas ediciones de novelas juveniles que alternaban las paginas de texto con las de viñetas como forma de aliviar el esfuerzo del lector. Ademas, Dinamarca es un hermoso pais, de verdes extensiones y enormes arboles, y verdaderamente las imagenes de la pelicula son esplendidas, pero sobre el interesantisimo asunto de que quiere tratar la pelicula - el transito entre dos epocas – nos hemos de quedar simplemente con la estricta enumeracion de las novedades legislativas que los seguidores de la Ilustracion pretenden imponer. Se aprende mucho mas sobre esta cuestion de una pelicula como "Nadie está a salvo" (1996, Patrice Leconte), con muchas menos pretensiones, que de este asunto real que acaba aburriendo y haciendo que el espectador ansie la aparicion en pantalla de la palabra "Crossroads - hasta el final".
Para empezar, y tomese esto como sintoma de lo que seguira, una de las cosas que mas me ha llamado la atencion de esta pelicula ha sido la falta de higiene capilar de su protagonista, el actor Mads Mikkelsen. Creo que la ultima vez que se lavo la cabeza seria probablemente durante el rodaje de su anterior pelicula Move on o a lo peor la cosa incluso podria remontarse hasta su papel de Rochefort en una version de "Los tres mosqueteros" que rodo el año 2011. Ya se que interpreta a un simple medico, es decir, a un plebeyo, y que estos no solian seguir los dictados de la moda cortesana, pero me resulta chocante que tengamos que pensar en que esta suciedad del pelo se haya buscado intencionadamente como elemento distintivo entre clases sociales. En segundo lugar, yo castigaria severamente con el desempeño de un duro trabajo social a aquellos directores que sin una justificacion muy evidente sobrepasaran los clasicos 90 minutos en el metraje de sus peliculas. "Un asunto real" alcanza los 137. Y, desde mi punto de vista, nada en la pelicula autoriza semejante desmesura. "Un asunto real" trata de mostrarnos los avatares del transito de la Dinamarca feudal a la Dinamarca Ilustrada. La revolucion del 89 esta proxima y Europa hierve en ideas prohibidas. El tema no es baladi. La lastima es que todo se queda en pura ilustracion, y aceptese buenamente el juego de palabras. Sobre una novela de Bodil Steensen-Leth se ha creado un guion que lamentablemente carece de alma. Lleva a pensar en aquellas ediciones de novelas juveniles que alternaban las paginas de texto con las de viñetas como forma de aliviar el esfuerzo del lector. Ademas, Dinamarca es un hermoso pais, de verdes extensiones y enormes arboles, y verdaderamente las imagenes de la pelicula son esplendidas, pero sobre el interesantisimo asunto de que quiere tratar la pelicula - el transito entre dos epocas – nos hemos de quedar simplemente con la estricta enumeracion de las novedades legislativas que los seguidores de la Ilustracion pretenden imponer. Se aprende mucho mas sobre esta cuestion de una pelicula como "Nadie está a salvo" (1996, Patrice Leconte), con muchas menos pretensiones, que de este asunto real que acaba aburriendo y haciendo que el espectador ansie la aparicion en pantalla de la palabra "Crossroads - hasta el final".