'12 valientes' - Son otros tiempos
Hubo un momento en el que Jerry Bruckheimer era algo asi como el Judd Apatow del cine de accion norteamericano, alla por los años 90. Uno de los pocos productores cuyo nombre aparecia en los carteles de la pelicula, y cuyo nombre te vendia una pelicula. Hasta que llego Disney y como suele pasar, lo jodio todo. A pesar del exito de la franquicia de 'Piratas del Caribe' la estrella del padrino de Michael Bay se fue apagando...
Es verdad que en el cartel de '12 valientes' aparece tanto su nombre como el de 'Black hawk derribado', la nunca suficientemente bien valorada pelicula del hermano mayor de Tony Scott. Pero son otros tiempos, otro mundo, y ni el nombre de Jerry Bruckheimer en un poster tiene el mismo valor, ni el guion esta tan bien ajustado a la causa, ni el debutante Nicolai Fuglsig cuenta con la veterania (o el talento) de tito Ridley.
'12 valientes' no es 'Black hawk derribado', ni se le parece. Tampoco es 'Thor: Ragnarok' y no hay nadie haciendo un chiste cada 3 minutos salvo como suele ser habitual Michael Peña, quien lo intenta cada vez que se deja ver... que para eso se deja ver. Que de eso se trata basicamente, de fichar y cobrar un cheque que al menos Chris Hemsworth se gana con creces; como estrella de cine, y como excusa para aguantar hasta el triunfo final.
'12 valientes' viene a ser lo que parece, una especie de eco de aquellos filmes de los 80 a cuenta del reinado de Ronald Reagan, tales como el 'Navy seals' de Charlie Sheen y Michael Biehn o el 'Delta force' de Chuck Norris y Lee Marvin, por alguna razon, las dos peliculas en las que pienso cuando pienso en este tipo de peliculas. Un eco, no una actualizacion o reinterpretacion aunque exista un timido amago de concienciacion.
A su favor, ademas del porte de Hemsworth, la renuncia al empleo de CGI (al menos de manera evidente); en contra, lo convencional y rutinario que resulta todo durante mas de dos horas. Dos horas sobre las que sobrevuela todo el rato la sombra del producto acomplejado por lo politicamente irrelevante que ni se divierte ni nos divierte, ni es capaz de darnos un argumento de peso que pueda justificar su existencia (o el precio de una entrada).
Una pelicula a lo bruto, en lo que parece un plato precocinado calentado en el microondas. Tan competente en lo tecnico y en lo formal como cabe esperar de toda una produccion hollywoodiense, pero tambien tan incompetente en lo humano y en lo divino como cabe temer de toda produccion hollywoodiense. Se deja ver, como quien dice, aunque tambien como quien dice no vaya a ninguna parte. Durante dos horas. Dos largas horas.
Por Juan Pairet Iglesias
@Wanchopex
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